La recesión de las encías (una condición que expone las raíces de sus dientes) es uno de los mayores asesinos de sonrisas, y su tratamiento es el más impactante entre los cinco pasos para mejorar la apariencia de sus encías. Aunque el principal responsable de la recesión gingival es la falta de higiene bucal y la consiguiente enfermedad de las encías, hay muchas personas que sufren esta afección a pesar de que practican un cuidado dental inteligente en casa, señala la dentista Granada Dra. Cecilia Almagro. Si usted se encuentra entre este grupo, es posible que no sepa por qué sufre este embarazoso mal periodontal. Hoy, estamos aquí para arrojar algo de luz sobre el asunto.
- Factores hereditarios
Las encías que parecen más grandes de lo normal y exponen las raíces de tus dientes pueden ser el resultado de tus genes. La posición de tus dientes y el grosor (o la falta de él) de tus encías pueden haberse transmitido de generación en generación, sin que tú tengas la culpa.
Sin embargo, las causas hereditarias no siempre son simplemente estéticas, ya que tu genética también puede hacerte más susceptible a la periodontitis, que puede provocar directamente la recesión de las encías.
- Higiene bucal agresiva
Algunas personas son demasiado apasionadas a la hora de cepillarse los dientes y utilizar el hilo dental, ya sea haciéndolo con demasiada frecuencia, de forma demasiado agresiva, o ambas cosas. El cepillado vigoroso de los dientes y el uso del hilo dental es una causa sorprendentemente común de la recesión de las encías, e incluso puede tener un efecto agravante, dado que alguien con un hábito agresivo puede provocar la retracción de las encías, darse cuenta y cepillarse/usar el hilo dental aún más fuerte pensando que está aplicando una solución al problema. Una forma de identificar que ésta puede ser la causa principal (sin juego de palabras) es comprobar si la recesión de las encías es más evidente en un lado de la boca. Si eres diestro, es probable que sujetes el cepillo de dientes con la mano derecha y, por tanto, ejerzas más presión sobre la encía izquierda, o viceversa.
Además, el uso de un cepillo de dientes de cerdas duras y de un hilo dental áspero, incluso con métodos normales, puede contribuir al daño periodontal.
- Un mal tratamiento dental
Los trabajos dentales anteriores pueden haber contribuido a la retracción de las encías. Esto no es típico, pero puede suceder, especialmente para aquellos que han recibido los frenos en el pasado. Los aparatos mal ajustados pueden haber estresado las encías, haciendo que se desprendan de los dientes. Aunque hay mucho debate sobre si el tratamiento de ortodoncia que mueve los dientes en una dirección en la que el hueso o el tejido de las encías es delgado puede conducir a la recesión de las encías, vale la pena investigarlo si ha considerado y descartado todas las demás causas potenciales propias. Dicho esto, el posicionamiento anormal de los dientes puede contribuir a la recesión de las encías, por lo que de ninguna manera debe temer una visita a un ortodoncista – sólo asegúrese de que está viendo uno de buena reputación.
- Bruxismo
El rechinar de dientes (bruxismo) es algo que se comenta bastante. El rechinar de dientes no sólo destruye el insustituible esmalte de los dientes, sino que es la base de todo tipo de dolencias dentales, incluida la recesión de las encías. ¿Cómo se produce esto? El acto y los movimientos correspondientes de rechinar los dientes ejercen presión sobre las encías, lo que contribuye directamente al problema. Además, rechinar los dientes también puede hacer que se aflojen en sus cuencas, generando bolsas gingivales profundas donde se acumulan las bacterias y promueven el potencial de la enfermedad de las encías. En pocas palabras, si usted sufre de bruxismo, hay una buena probabilidad de que usted tiene encías retraídas hoy o en el horizonte cercano. Busque tratamiento inmediatamente antes de que empeore.
- Traumatismo oral
Un accidente o acontecimiento puede haber causado una lesión aguda en su cavidad oral que haya provocado el desprendimiento de los dientes de las encías y le haya dejado las raíces expuestas. El impacto visible puede no ser inmediato, por lo que es posible que no se haya dado cuenta hasta meses o incluso años después, ya que las condiciones empeoraron con el tiempo, especialmente cuando se agravaron por cualquiera de las otras causas abordadas anteriormente.
Sin embargo, hay ocasiones en las que el traumatismo puede no ser accidental, aunque sí inadvertido. Por ejemplo, las personas con piercings en los labios corren el riesgo de sufrir una recesión de las encías en el lugar en el que la joya (el anillo labial) roza con la línea de las encías, lo que provoca un desgaste que puede causar un daño permanente en sus encías. Por supuesto, los piercings en los labios y otras modificaciones intencionadas en la zona (es decir, un piercing en la mejilla, etc.) pueden abrir la puerta a una variedad de otros problemas de salud bucodental que pueden contribuir al tema de hoy. Si tienes un piercing en el labio (o algo similar), deberás prestar especial atención a tu higiene bucal y a cómo el metal o el plástico (etc.) de su interior interactúa con tu cavidad bucal.
Clínica dental Cecilia Almagro Anaya
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